Muchas veces los adultos creemos que los niños son totalmente felices y equilibrados porque no tienen preocupaciones. Esto nos sucede porque no recordamos cuando éramos niños y empezamos nuestro crecimiento (interior y exterior) para enfrentarnos a las lecciones que hemos venido a aprender en esta vida.

Las lecciones se suceden una tras otra y están adaptadas a nuestra capacidad de reacción en cada momento, y que se repiten una y otra vez hasta que decidimos aprenderlas, superarlas y pasar página. Los niños, al igual que nosotros, reciben sus lecciones a aprender y a superar. Aunque a nosotros como padres nos parezcan tonterías y cosas de niños, para ellos pueden ser tan difíciles de superar como las nuestras para nosotros.

El adulto, cuando siente la necesidad de ayuda, es capaz de verlo, y buscarla. Muchos de nosotros hemos realizado terapias de Reiki, flores de Bach, acupuntura, masajes terapéuticos u otras terapias que nos han ayudado a conectar con nosotros mismos y seguir avanzando. Pero, ¿qué ocurre con los niños? Ellos muchas veces no son capaces de explicar lo que realmente les sucede, nos dejan pistas en su comportamiento, para que como padres “todopoderosos” les demos la ayuda que demandan. Muchas veces no son conscientes de que necesitan ayuda y menos qué tipo de ayuda necesitan. Es nuestra tarea como padres recoger las señales que ellos nos van dejando y ofrecerles la  ayuda que necesitan. Cada uno de nosotros como padre sabe cual es la mejor ayuda que se puede ofrecer a nuestros pequeños.

Los niños cuando empiezan a recibir sus primeras lecciones de crecimiento interior es cuando más acompañados por sus padres deben estar. Precisan que alguien guíe sus pasos, al igual que los acompañamos cuando empiezan a andar. Necesitan que alguien les dé las herramientas que han de utilizar y mejorar a lo largo de sus vidas, para crecer y desarrollarse interiormente. Nuestra ayuda y comprensión es el mejor apoyo que pueden recibir, pero en ocasiones someterse a terapias naturales les puede ayudar. Las terapias serían para los niños como dosis de vitaminas reconstituyentes, energéticamente hablando.

Si tu hijo es especialmente sensible o has notado cambios en su comportamiento, realizar terapias bajo las directrices de un terapeuta cualificado le puede ser sumamente útil. Este profesional puede ayudarle a encontrar la lección que debe aprender, ayudarlo a entenderla y guiarlo en la manera de superarla. Muchas de las terapias que nosotros creemos que están orientadas solo para adultos pueden ayudar mucho a nuestros pequeños. Existen muchas terapias y cursillos que iré trabajando en mis próximos artículos.

Incluso nosotros como padres si realmente queremos ayudarlos y no sabemos como hacerlo, nos puede ser útil asistir a cursillos dónde nos den las herramientas para introducir a los niños en estas terapias como el Reiki y la ley de la atracción. De este modo nos sentiremos más seguros a la hora de acompañar y apoyar a nuestros hijos en su crecimiento interior. Nos ayudará a apoyarlos en su crecimiento, sin darles nuestras propias limitaciones.

En mis próximos artículos iré explicando cómo cada una de nuestras terapias pueden ayudar a nuestros hijos y también como nosotros como padres nos podemos formar para poder ayudar a nuestros pequeños.

Muchas gracias,

Marta García
Terapeuta de Reiki y Ley de la Atracción
Centro de Terapias Hermes 7

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