Experiencia comentada por una de nuestras alumnas del Curso de Terapeutas de Flores de Bach.
“… reconocer el estado de la persona; diferenciar el lenguaje de las formas sutiles y trabajar la intuición…”
“… Para empezar diré que aunque creía en su poder terapéutico, no tenia ni idea de su dimensión y diferentes formas de uso. Sabía que se utilizaba sobre todo para males emocionales, tales como el estrés, ansiedad, pena,duelos, etc , pero después de dos meses de estar estudiando con Montserrat Oliveros y su método vivencial, he descubierto su complejidad y el amplio abanico de posibilidades que se abren al tratar con las Flores de Bach…”
Por supuesto, también remarcar que al tener que experimentar todas la semanas con nosotras mismas, y ver (o mejor dicho) vivir sus efectos, te da la oportunidad de crear mucha más empatía con los pacientes al entender por las fases que ellos están pasando: reconocer el estado de la persona; diferenciar el lenguaje de las formas sutiles y trabajar la intuición…es inevitable..por que tu lo has vivido igual que ellos!!!
Ademas el curso te da la maravillosa oportunidad de crecer personalmente, a traves de las flores de bach que ponen de manifiesto, aquellas cosas que no deseamos o no podemos ver, por supuesto con la ayuda de nuestra maestra y el compromiso adquirido con nosotras mismas de querer evolucionar.
Todo un trabajo de lo más increíble. Como anécdota, comentar que solía tener muchos dolores menstruales y desde que estoy trabajando con la terapia floral, ni me entero, adiós a las migrañas y a esos cambios de humor tan insufribles que tenía y que tenían que aguantar las personas con las que convivo.
Aquí he querido plasmar una de las más gratificantes experiencias que he tenido, aquellos que tengan la oportunidad de leer esto, les digo:
“…si queréis cambiar el rumbo de su vida por uno más pleno, lleno de sentido, con la posibilidad de poder ayudar a otros y a vosotros mismos en un viaje al autoconocimiento, no lo duden…
es uno de los mejores viajes que podran hacer…”
Con toda mi gratitud…a Montserrat y mis compañeras de viaje.
